martes, 28 de abril de 2009

Tenista

Corre la pelota, corre con frecuencia esa pelota; vertiginosamente sus rodillas sufren el fuerte impacto y su cuerpo tergiversa el calor con transpiración. Juzga un supremo, juzga un fracasado, juzgan miles de inferiores; todos juzgan. Ella está firme en su posición y solo se permite pequeños mohínes se satisfacción o derrota, se sofrenan todas las manifestaciones que al supremo le parezcan en exceso. Son quince, son treinta, son cuarenta; son números. Caen por globos, se buscan por boleas, se cortan por remate; se juega. Se hace un servicio; se falla, no se falla, se hace ofensivo o defensivo, con precisión o a matar. Se piensa, se corre, se ejecuta. Se practican miles de automatismos por segundo, se muerden los labios, se acomoda el jockey, se sube una media. La tenista siempre es observada. Aprende a vivir con ello.

A María Sharápova la juzgan todos...